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Sunday, October 14, 2007

PLAN B: La Terapia Cognitivo Conductual

Hoy es domingo y son las 19:15 de la tarde. Me pasado toda la mañana en la cama hasta las 14:00 que es cuando mis padres me han llamado para ir a comer. En total he conseguido dormir 12 horas seguidas. Lo lógico y natural es que ahora estuviera con las pilas cargadas para hacer cualquier cosa, pero en realidad desearía continuar estando dormido. Imaginaros por un momento que desde que os levantáis hasta que os vais a dormir tenéis un intenso dolor de cabeza que os impide pensar con claridad y que ni con siquiera gelocatiles el dolor cede.

Que, ¿no tendríais ganas de dormir hasta que se os pasara el efecto? Pues a mi me pasa algo semejante, mi cerebro en cada instante origina unos pensamientos obsesivos del todo incontrolables. Además, según las teorías de Freud, dentro de mi cerebro se generan unas intensas pulsaciones entre el Eros y el Tanatos, la preservación de la vida contra la pulsión de la muerte.

A rasgos muy generales, esto es lo que me pasa por la cabeza:

  • ¿Cómo he llegado hasta aquí?
  • ¿Por qué nada me produce placer o satisfacción y no hay nada que me motive?
  • ¿Qué tengo que hacer con mi vida? ¿Por qué debería seguir viviendo?
  • ¿Qué podría empezar a hacer para remediar esto?
  • ¿Cómo lo hago para empezar a sentirme vivo?
  • Etc.

Cómo os adelanté en la anterior entrada, esta semana era crucial para el futuro que me depara. El jueves me encontraba en la sala de espera del nuevo doctor convencido de que nada iba a cambiar por mucho que estuviera en manos de otra persona. A veces incluso llego a pensar que ni estando con el mejor psiquiatra del mundo conseguiría ayudarme.

Pero se me presento un resquicio de esperanza cuando el nuevo doctor, después de una extensa presentación por mi parte, me sugirió de empezar un nuevo tipo de terapia. Es la misma terapia que describe el libro “sentirse bien, una nueva terapia contra la depresión”, del cual os describí el núcleo principal en una entrada anterior. Ni más ni menos que la terapia cognitivo conductual. Pero no sin antes pasar por la consulta de un catedrático de la universidad de Barcelona, especialista en tratar todo tipo de depresiones. En mi caso, es una depresión atípica y requiere ser bien contrastada para acabar con un diagnóstico más certero.

Ahora bien, ¿no será que sin querer he inducido a mi nuevo psiquiatra ha llevarlo hacia el terreno que más me interesaba?

Esta fue la conclusión a la terapia cognitivo conductual que hice hace apenas unos días después de leer parte del libro:
“Coincido con el autor en que estás 10 distorsiones del pensamiento son la causa de la mayoría de depresiones. Pero ahora mismo, creo que no me sirven para nada. Yo lo único que quiero es sentirme vivo, volver a ser alguien. Tengo la sensación de que todo es una película, no palpo la realidad. No siento afecto por mi familia, mis amigos, por las chicas. ¿Qué debo hacer para volver a sentir? ¿Boxeo, ir de putas cada día, hacer una maldad, lastimarme, saltar en paracaídas de un avión, plantarme sólo en la otra punta del mundo sin nadie que me ayude? ¿Cómo demonios controlo mi pensamiento? ¡HELP!”

Quizás ahora rectificaría y creo que es importante que aprenda a controlar los pensamientos de distorsión. Pero además es fundamental que venga acompañado de unas pautas de conducta ante concretas situaciones. Que me ayude también a cambiar la percepción de las cosas.

Si dudo de este sistema es porqué llevo tanto tiempo creándome estos pensamientos internos que, por mucho que a cada uno de ellos le asocie un razonamiento para desafiarlos, no cederán. Tengo bastante fe en este sistema porqué, junto a un apropiado tratamiento antidepresivo, resulta ser una de las técnicas más efectivas.

¿CÓMO RECUPERO MIS MALDITAS EMOCIONES?


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